Este raro cacao es cosechado en forma silvestre por la tribu indígena Piaroa de la cuenca del Orinoco venezolano. Es un cacao que brota espontáneamente en los islotes, que son pequeñas porciones de tierra que se salvan de ser inundadas. Esta forma de cultivo ha protegido la genética de estos delicados frijoles.

 

Los sedimentos y materiales orgánicos del río fertilizan los árboles de los islotes, bañándolos en ricos minerales que le dan al cacao extrafino del Amazonas esa diferencia.

 

El transporte del grano requiere hasta 10 km en canoa, debido al aislamiento geográfico, para finalmente llegar al centro de poscosecha donde se realizará el proceso de fermentación y secado.

 

El proceso de fermentación se realiza extrayendo las semillas de cacao de sus mazorcas y colocándolas en grandes cajas de madera cubiertas con hojas de plantas. Las cuales se encuentran en Churuatas (tiendas indígenas construidas con barro y bahareque). El proceso de fermentación dura de 6 a 7 días, donde los granos se voltean cada 24 horas.

 

El secado se consigue al sol durante 5 días.

 

Este cacao tiene un sabor único a frutos cítricos, dulces, flores y aroma a madera.

 

Amazonas es el estado más meridional de Venezuela. También es considerado el pulmón de la tierra y posee una infinita biodiversidad de animales y vegetación.

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